El diseño compasivo
La compasión para humanizar más al diseño, cuya esencia es hacer el bien y hacerlo bien.
Hola, somos Pat & Vif, par de mujeres enamoradas del diseño y la arquitectura. Encontramos en nuestras profesiones una forma de (re)pensar, cuidar y favorecer la vida. Convencidas de eso entregamos Dosis de Diseño.
Esta reflexión es escrita por
.Suelo escuchar el podcast Entiende tu Mente, así como otros en su género, con la intención de hacer introspección de manera frecuente, porque parto del principio de que todo es mejorable, es perfectible.
Justamente oí un episodio sobre las claves para tener una buena conversación, de la mano del neurocientífico Mariano Sigman, en el que desarrollaron la importancia de la conversación en un mundo tan polarizado e, incluso, tan silenciado.
La conversación es esa comunicación interactiva en la que hay un intercambio de ideas o sentimientos entre dos o más personas, que deriva en la construcción de un diálogo.
La palabra “conversación” proviene del verbo en latin conversari, una combinación de los términos con, “junto”, y versare, “girar”. Por lo tanto, literalmente, significa “girar juntos”.
Y mira qué bonito llevarnos a la rueda, esa herramienta que ha impulsado nuestro desarrollo humano.
En el episodio tratan de concluir que para tener buenas conversaciones hay que, entre otras razones, manejarlas desde la empatía. Y pum! Corrige el autor "más que empatía, compasión”.
Eso me llevó inmediatamente a cuestionar algo de mi profesión, en esta frecuente inspección de mi ser y mis quehaceres.
A raíz del design thinking se nos ha dicho que los diseñadores hemos de aplicar la empatía, es parte del método. De manera que, ser empáticos nos permite emular los sentimientos.
Inciso. Sinceramente, no sé si en todos los casos se ha aplicado genuinamente, o más bien nos hemos creído ser empáticos.
Nada que reprochar, más bien aplaudo que se incluyan conductas humanas como herramientas en las metodologías de diseño y desarrollo de productos, porque así interactuamos y nos relacionamos con el entorno y los seres.
Pero, como ya dije, con la idea de que todo es perfectible. Me pregunto. ¿Y si obramos desde la compasión? Como lo propuso el autor para las conversaciones.
Ser compasivos nos permite sentir el sufrimiento, comprender la situación y sus circunstancias, nos motiva a prevenir o alivianar y adquirir las habilidades para hacerlo. Es, considerablemente, una conducta más sistémica.
Parafraseando el dicho. Con la empatía lloramos, mientras que con la compasión lloramos y ayudamos. Es decir, la compasión nos lleva a conectar, comprender, colaborar, favorecer, pertenecer; por ende se hacen los pañuelos adecuados a la situación. Estaríamos, entonces, construyendo juntos, girando la rueda, viendo oportunidades de mejora.
Y esta reflexión la puedo enlazar a la dosis que también aborda el carácter humanista y sistémico del diseño.
Para ilustrar, comparto lo que podría ser uno de mis productos más compasivos, por considerar dos objetos en uno, hecho con reciclaje y con cero obsolescencia programada; hasta la forma en que lo agarro para presentarlo es tierna. Je.



En Dosis la ética y el bienestar son nuestros pilares.
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