🟣 Seguridad, placer, comodidad. De intimidad femenina y objetos
Intus, dentro. Ese ámbito en el que las mujeres nos hacemos de objetos que nos proporcionan, sobre todo, sentimientos de seguridad, placer y comodidad.
Esta dosis de diseño versa sobre la relación entre objetos y feminidades. Parte de una serie de entregas que empezó con:
Ahora -como sugiere Madonna- sigamos deeper and deeper.
La intimidad es un aspecto fundamental en nuestra vida, hablamos por las feminidades, abarcando desde la salud y el bienestar, hasta la autonomía y el empoderamiento. El feminismo ha trabajado incansablemente para salvaguardar y promover esta esfera tan significativa que demanda una serie de promesas: la seguridad es una de ellas.
Ya lo hemos comentado, pero vale recordar que, durante décadas, las mujeres hemos luchado por nuestros derechos en diversos ámbitos, incluyendo el reconocimiento y valoración de la intimidad femenina. Este movimiento ha desafiado normas restrictivas y estigmas que rodean a nuestra intimidad, abogando por la autonomía y la toma de decisiones informadas sobre nuestros cuerpos y vidas.
Pero, ¿qué es la intimidad?
En Wikipedia, “la intimidad suele referirse a la preservación del sujeto y sus actos del resto de seres humanos“.
La intimidad es una zona abstracta, con límites subjetivos y variables, que cada una reservamos para un determinado grupo de personas, ¡y también para ciertos objetos!
Sí, objetos que están diseñados para funcionar en ese ámbito. Objetos que proporcionan seguridad, placer y comodidad.
Exploremos entonces tres tipos de objetos -por cierto- inventados por mujeres que han sido fundamentales en nuestra emancipación y han permitido disfrutar de una intimidad plena, segura y satisfactoria.
Seguridad. La copa menstrual
La reúsas, la cuidas; ella ha cambiado tu relación con la menstruación y con el medioambiente.
La copa menstrual fue inventada y registrada en 1937 por Leona Chalmers, escritora, inventora y actriz estadounidense. Era de caucho, material que se usó -casi- exclusivamente en el campo de batalla (de la segunda guerra mundial); eso, junto a ser un producto disruptivo que competía con opciones desechables, más el mindset cerrado de la época con respecto a la inserción de dispositivos en la vagina, no le permitió tener un buena tracción de ventas, ni siquiera a la compañia Tasset Inc., quien le compró a Leona los derechos del diseño y hasta la decada del 1970 bregó por tener una cuota del mercado.
De éxito tardío, la esencia de este innovador producto ha existido por más tiempo de lo que se piensa, en 1867 se creaba el saco Catamenial, el predecesor de la copa. Pero fue sólo a principios del S.XXI que se retomó la idea. Dos motivos hicieron que se volviera a fabricar: la creciente preocupación por los problemas medioambientales (una copa en uso evita desechar más de 2000 tampones o toallas) y la disponibilidad de silicona médica hipoalergénica.
La copa menstrual no solo es bastante más respetuosa con el medio ambiente que los productos desechables, sino que también brinda confianza en la medida en que se usa, llegando a ser más segura en el manejo de nuestra menstruación.
Placer. Juguetes sexuales
El placer espera en la mesita de noche.
Los productos sexuales son objetos que nos permiten explorar nuestra sexualidad, descubrir nuestro propio cuerpo y afirmar nuestra autonomía sexual. Cumplen la función de un juguete: explorar.
No son un invento moderno. De hecho, se han encontrado dildos en excavaciones arqueológicas, lo que sugiere que la exploración y el disfrute del placer sexual han sido una parte inherente de la experiencia humana a lo largo de la historia.
Cuenta la leyenda que fue Cleopatra la primera mujer que creo un vibrador, encapsulando a abejas en una calabaza (¡Qué arriesgada!).
Actualmente, derrumbadas la barreras, los mitos, los estigmas, son varias las mujeres que lideran equipos que innovan en el ámbito del placer y la intimidad sexual.
Así pues, para el placer desde nuestras perspectivas y necesidades están las siguientes propuestas hechas por mujeres:
• Lionnes de Ann Lee, desarrolla vibradores que se retroalimentan con los datos de los orgasmos y así mejora progresivamente la experiencia.
• La sexóloga Alexandra Fine y la ingeniera del MIT Janet Lieberman, fundan Dame Products y diseñan dispositivos en base a las opiniones de las mujeres.
• Emily Sauer creó Ohnut, unos anillos ajustables para que el sexo sea más cómodo.
Creados con nuestras perspectivas y necesidades en mente, los juguetes sexuales encaminan a las mujeres en su búsqueda de placer y satisfacción íntima.
Y es que sinceramente, son hermosos.
Comodidad. El brasier
El confort en lo vetado.
La newyorkina Mary Phelps Jacob, inventó en 1914, a sus 19 años, el primer brasier moderno a partir de dos piezas de seda, una cinta y cordón porque quería una prenda más cómoda y práctica para usar con su vestido de noche. Su diseño reemplazó los incómodos corsés que las mujeres usaban anteriormente, liberándolas de la opresión física y promoviendo una mayor comodidad y movilidad.
El brasier desafiaba las normas de vestimenta restrictivas de la época y simbolizaba la emancipación femenina, así como lo hizo Amelia Bloomers con el blumer, popularizado en el siglo XIX, a quien mencionamos en la primera dosis de mujeres y objetos.
El brasier ha evolucionado a lo largo de los años a las necesidades y preferencias de las mujeres, proporcionando no solo comodidad y soporte, sino también una sensación de confianza al adaptarse a la diversidad de actividades y cuerpos femeninos. Esta prenda íntima transformó la experiencia del vestir femenino y, por ende, la relación con nuestro cuerpo.
La copa menstrual, los juguetes sexuales y el brasier son ejemplos destacados de cómo las mujeres creamos productos que promueven la salud y el bienestar de las feminidades. Han influido en la autonomía, el placer y la confianza de las mujeres en su intimidad, porque por obvias razones, entendemos qué es vivir siendo mujer.
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Janet y Alexandra. Las Mujeres Cooltas
Ciertamente, ya las mencionamos, pero a este par hay que hacerle mención especial.
Janet Lieberman y Alexandra Fine son las fundadoras de Dame Products, empresa dedicada a la fabricación de juguetes sexuales femeninos. Ambas se conocieron mientras estudiaban en la universidad, Lieberman se especializó en ingeniería mecánica y Fine es sexóloga. La dupla perfecta.
En 2014 lanzaron su primer producto, "Eva" un éxito instantáneo pues es el juguete sexual más financiado por crowdfunding de la historia. Luego, “Fin”, su segundo lanzamiento fue el primer juguete sexual permitido en la plataforma Kickstarter.
Además de su trabajo en Dame Products, Lieberman y Fine también son defensoras de la igualdad de género y la diversidad en la industria de los juguetes sexuales. Han hablado en conferencias y eventos sobre la necesidad de crear productos que satisfagan las necesidades de todas las personas, y han abogado por una mayor investigación y educación sobre la sexualidad femenina.
Y son super jóvenes. Cracks!
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